Aunque este artículo es algo baladí, me gusta expresar mi opinión sobre el iPhone en esta época del año, cuando ya se puede comprar. He de decir que sigo siendo devoto de OS X, y creo que lo seré por mucho tiempo, pero aquel teléfono que me enamoró desde 2007 hasta marzo de 2012 dejó de hacerlo. Año tras año, keynote tras keynote analizo el nuevo aiFon para ver si ha llegado el momento de volver al mundo iOSero y así reunir en fraternidad absoluta mi Mac y mi smartphone.
El año pasado expresé mi opinión alrededor de estas mismas fechas con el artículo «por qué el iPhone 5 no me hace volver a iOS y dejar Android«. Este año voy a ser más breve y voy a enumerar las razones que me hacen seguir siendo Androide:
- No ha cambiado ninguno de los puntos sobre los que hablaba en ese mismo artículo.
- Me gusta el iPhone 6 Plus, pero 800 € no son moco de pavo. Me quedo con mi Galaxy Note 3.
- El iPhone 6 Plus no tiene lapicito como el Note 3. Sí, es una tontería para muchos, pero lo mucho, sobre todo para trabajar (es el rey de mis reuniones).
- 1 GB de RAM me parece muy poco. Entiendo que iOS está hiperoptimizado, pero aun así, las apps crecen en consumo de RAM y nuestras expectativas también. A mí me da que esto es, más bien, una buena estrategia para presentar luego el iPhone 6S con 2 GB de RAM.
- Muchas de las características que Apple anuncia como «la bomba» ya estaban presentes en la mayoría de teléfonos desde hace años. Sí, Apple le da otro toque, se superoptimiza, el NFC ahora es guay, etc. Resumo en una imagen que se volvió bastante viral tras las presentación.