Supongo que será porque acabo de restaurar mi iPad y volver a instalar todas las aplicaciones que tenía anteriormente en él (aún conservo algo de iOS, aunque me encante Android), pero he llegado a la conclusión de que tengo más apps de las que necesito. Y digo tener, que no “usar”, ya que me doy cuenta de que al final sólo uso como el 20% de todas las que tengo instaladas. Y pasa continuamente. Un amigo llega a casa y te enseña sus miles nuevas aplicaciones, que al final tampoco usa.
Y tú, ¿usas el 100% de las aplicaciones que tienes instaladas?
Si es que es difícil resistirse, porque hay aplicaciones de todo tipo: para estudiar, trabajar, ligar, hacer el tonto, reírse, aprender o mil y un tipos de diferentes aplicaciones móviles. Empecemos analizando varias causas de este auge:
- Alcance de mercado. Está bien claro: si quieres llegar a muchas personas, lo tuyo es una aplicación móvil. Dicen que en 2018 habrá 3.000 millones de teléfonos inteligentes en todo el mundo. Una barbaridad, ¿no?
- Sectorización. ¿Qué mejor para una empresa que poder elegir el tipo de público al que se dirigen sus acciones de marketing? Hay aplicaciones para diferentes edades, gustos y colores. Además, resulta bastante fácil obtener datos de manera legal, haciendo que los usuarios los introduzcan en la aplicación a cambio de opciones extra, concursos, etc.
- Facilidad de programación. Es más fácil crear una aplicación para iOS o Android que para Windows, Linux o Mac OS X. Sin entrar en grandes detalles.
- Ingresos para todos. A todos los desarrolladores les gusta ver recompensando su esfuerzo. Las aplicaciones para móviles hacen que miles de desarrolladores puedan recibir dinero por ellas, sin tener que recurrir a grandes empresas que publiquen por ellos sus ideas o se las compren.
- Branding. Una empresa grande que tenga aplicación en las principales plataformas móviles ve reforzada su imagen. Es fácil llevar mensajes directos al usuario, sin intermediarios. Además, la sensación de “modernidad” y de preocupación por los clientes puede aumentar notablemente el grado de satisfacción de los mismos.
Estas causas, por llamarlas de alguna forma, son parte de lo que hace que tengamos tantas aplicaciones instaladas. La cuestión es si encontraremos otras causas por las que mantenerlas…